La Fundación "El Legado Andalusí" ha ultimado una nueva ruta, fundamentalmente por tierras malagueñas. Con este itinerario, este organismo celebra su título de Gran Itinerario Cultural Europeo.
La Ruta de Almorávides y Almohades cruza los pueblos blancos de la provincia de Cádiz donde el viajero encontrará además de magníficas fortalezas y castillos, un escenario idóneo para las actividades al aire libre en los Parques Naturales de los Alcornocales, la Sierra de Grazalema y la Sierra de las Nieves. La gastronomía típicamente andaluza que encontramos en la ruta tiene un marcado acento campero y se prepara con el sello inconfundible de la tierra. Los excepcionales vinos que produce la zona son el perfecto acompañamiento para una serie de platos que llevan "al Jerez" como apellido. Los amantes de la artesanía encontrarán también en esta ruta un amplio campo para disfrutar.
Los Almorávides, encabezados por 'El guerrero azul', Yusuf ibn Tashfin o al-morabitun, acudieron en ayuda del rey y poeta sevillano al-Mutamidel, que agobiado por la presión que los cristianos ejercían sobre Al-Andalus, solicitó la ayuda de la dinastía que en aquellos momentos dominaba el norte de África.
En el siglo XII, otro grupo de bereberes, los Almohades, tomaron las riendas del poder esgrimiendo argumentos de purificación espiritual, aunque sólo aguantaron hasta el año 1212, cuando tropas cristianas destrozaron al ejército almohade en la batalla de las Navas de Tolosa.
Fruto del siglo y medio en el que las dos dinastías bereberes fundieron en un solo imperio el Magreb occidental y las tierras de Al-Andalus, se creó una ruta de 400 kilómetros en la que una sucesión de paisajes y lugares evocan los más íntimos espacios que hace nueve siglos recorrieron los musulmanes por tierras andaluzas.
La mayor parte de la ruta cruza la provincia de Málaga, por 12 municipios. Gaucín, Casares, Algatocín, Banalauría, Benadalid, Atajate, Ronda, Teba, Campillos, Antequera, Vélez-Málaga y Alcaucín.
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